Artículo escrito para el libro 40 AÑOS DE DEMOCRACIA EN ARGENTINA, Buenos Aires, Academia de Literatura Infantil y Juvenil de la Argentina, 2023.
Nunca más
A cantar volví
por aquellos que no volverán
y por los que encendieron aquí
locas chispas en la oscuridad.
Y por los que sufrieron aquí
otra manera de exilio.
María Elena Walsh
María Elena Walsh, (Buenos Aires 1930-2011) poeta, traductora, libretista, compositora, cantante y actriz, se constituye en la década del 60 como primera escritora argentina moderna para chicos. Sus comienzos, en la literatura para adultos, fueron brillantes. En 1947, Otoño imperdonable, su primer poemario dentro de la estética neorromántica, obtuvo el Premio Municipal de Poesía. Con diecisiete años, fue famosa y mimada dentro del ambiente literario porteño. Tomaba el té en la confitería Richmond con Borges y frecuentaba la casa de Silvina Ocampo. Como joven promesa poética, en 1948 fue invitada a Estados Unidos por Juan Ramón Jiménez y su esposa Zenobia Camprubí que visitaron Argentina. Ella consiguió una beca en la Universidad de Maryland y vivió en la casa de Riverdale, bajo la severa mirada del escritor, que sería posteriormente Premio Nobel de Literatura (1956).
Su gran transformación se realizó en Francia, donde estuvo cinco años trabajando, desde 1952, con Leda Valladares, integrando el dúo de cantantes folklóricas: Leda y María. Actuaron con éxito en diversos lugares nocturnos, en televisión, y también grabaron varios discos. Cuando volvió a la Argentina, recorrió el país difundiendo nuestro folklore. Walsh trae de Francia los versos para niños que todavía no publica, pero que nacieron en el Hotel du Grand Balcón de París. Este giro copernicano en su poética no fue comprendido por la elite porteña porque la literatura infantil era en esa época, un “arrabal desprestigiante.”
Su revolucionaria idea del juego con el lenguaje y del humor con intención liberadora, consolidó un nuevo pacto ficcional. Los libros de poemas: Tutú Marambá, El Reino del Revés, Zoo Loco; los cuentos infantiles: Cuentopos de Gulubú, El País de la geometría, la novela Dailan Kifki y las comedias musicales para chicos: Canciones para mirar y Doña Disparate y Bambuco, cumplieron un papel movilizador en la literatura de los ’60 por las renovaciones retóricas, temáticas, pragmáticas e ideológicas que produjeron. El absurdo de los poemas, a la manera de los surrealistas, no fue una mera pátina divertida, sino que intentaba poner en jaque al mundo adulto, cuestionando la lógica, la misma que da origen a la burocracia, el consumismo o la guerra. El disparate subvierte lo que consideramos “normal”.
Tutú Marambá, primer libro de cuarenta y ocho poemas para niños, publicado en 1960 inauguró una nueva etapa en la construcción lectora. Aparecen en ese libro entre otros personajes la Mona Jacinta, la Vaca de Humahuaca y Doña Disparate. MEW empleó los modernos medios de comunicación durante esa década y la siguiente, para difundir sus creaciones. Fue pionera en grabar sus poemas musicalizados por ella y narrar sus cuentos en discos de vinilo. En los comienzos de la televisión argentina trabajó en el viejo Canal 7 y estrenó sus espectáculos infantiles; con “Buenos días Pinky” ganó en 1960 el premio “Martín Fierro”. Fue guionista de teleteatros exitosos, aunque no conservó los libretos.
En 1968 hubo otro giro en la carrera artística de Walsh: estrenó en el Teatro Regina de Buenos Aires un espectáculo unipersonal titulado Juguemos en el Mundo, dedicado a los “ejecutivos”, donde cantaba canciones para adultos de su autoría. Su intención había sido hacer seis funciones presentadas en el estilo del music-hall que Walsh había conocido en París, pero contó con un éxito masivo de público que lloró a moco tendido con “El 45” o “Zamba para Pepe” y que coreó a toda voz “Manuelita”. Este suceso la convirtió a perpetuidad en la “Juglaresa de Buenos Aires”.
Creadora de una nueva canción popular argentina, escribió letras para adultos con intención poética logrando una calidad desconocida para el género. Frente a sus coetáneos de la Nueva Ola que hacían música epidérmica con intención escapista, trataba de cuestionar en sus letras la realidad socio- política nacional e internacional. Con un trabajo de la lengua al estilo de sus maestros franceses Brassens y Trenet, a quienes conoció en Paris en los años ’50, inauguró para el público argentino acostumbrado a escuchar la protesta dentro del tango o el folklore, un nuevo género de canciones populares amalgamando melodías populares: zambas, vidalas, chamamés y tangos, con un lenguaje diferente, cargado de alusiones, humor e ironía, pero no exento de ternura.
En “Serenata para la tierra de uno”, habla de las hondas razones que nos ligan a nuestro suelo:
“Porque el idioma de infancia / es un secreto entre los dos. / Porque le diste reparo/ al desarraigo de mi corazón.”
Su poema «Como la cigarra» escrito a comienzos de los 70 en homenaje a los artistas populares que deben acostumbrarse a los éxitos y a la derrota en un mercado cruel y desmemoriado, es una autobiografía musical:
“Tantas veces me mataron/ tantas veces me morí/ sin embargo estoy aquí/ resucitando/ Gracias doy a la desgracia/ y a la mano con puñal /porque me mató tan mal/ y seguí cantando.”
En el 82 y 83 este tema fue creciendo hasta revelarse como el emblema de la transición hacia la democracia y fue cantado por diferentes artistas en recitales multitudinarios. La represión la había llevado a expresarse en textos de lecturas múltiples, característica de toda su poética, cuya ambigüedad es arma de defensa y de combate. El gran aporte de la canción de Walsh está en lo que nos dice sin decir, en obligarnos a escuchar y a pensar en la forma y el contenido de las letras, en hacernos reflexionar sobre nuestra realidad individual dentro del contexto histórico-social en que vivimos.
Políticamente, MEW se declaró pacifista, al estilo de Gandhi y Martin Luther King, defensora a ultranza de los derechos humanos; en Argentina participó firmando las solicitadas por la desaparición de personas durante los años de plomo, junto a otras personalidades de la cultura como Ernesto Sábato, Magdalena Ruiz Guiñazú y Adolfo Pérez Esquivel (Premio Nobel 1982). Como periodista, desafió a la censura de los medios. El 16 de agosto de 1979, en plena dictadura militar, escribió una nota para el diario Clarín, titulada: “Desventuras en el País- Jardín- De- Infantes” donde declaraba: “Sí, la firmante se preocupó por la infancia, pero jamás pensó que iba a vivir en un País-Jardín-de-Infantes. Menos imaginó que ese país podría llegar a parecerse peligrosamente a la España de Franco, si seguimos apañando a sus celadores. Esa triste España donde había que someter a censura previa las letras de canciones, como sucede hoy aquí y nadie denuncia; donde el doblaje de las películas convertía a los amantes en hermanos, legalizando grotescamente el incesto.”(…) “En lugar de presentar certificados de buena conducta o temblar por si figuramos en alguna «lista» creo que deberíamos confesar gandhianamente: sí, somos veinticinco millones de sospechosos de querer pensar por nuestra cuenta, asumir la adultez y actualizamos creativamente, por peligroso que les parezca a bienintencionados guardianes.” (…) “Todos tenemos el lápiz roto y una descomunal goma de borrar ya incrustada en el cerebro. Pataleamos y lloramos hasta formar un inmenso río de mocos que va a dar a la mar de lágrimas y sangre que supimos conseguir en esta castigadora tierra”.
Ese artículo marcó un hito en la historia del periodismo argentino. MEW tuvo el valor para expresar lo que muchos sentían. Al día siguiente, toda su obra estuvo prohibida en nuestro país. Un año antes, en 1978, había decidido dejar de componer y de cantar en público, aquejada por un cáncer de fémur.
María Herminia Avellaneda dirigió en 1982, un exitoso espectáculo: “Hoy como ayer”, en homenaje a la recuperación de la juglaresa. La gran Susana Rinaldi interpretó los poemas y canciones de MEW, en el desaparecido teatro Odeón. Cuando volvió la democracia, en 1983, hubo una gran reivindicación de la figura de María Elena y Raúl Alfonsín la nombró con rango de Secretaria de Estado. Las tres mujeres, Avellaneda, Rinaldi y Walsh protagonizaron el programa “La Cigarra” por Canal 11. En un ejercicio libertario, María Elena hacía una editorial en cada emisión sin censura previa. Fue el primer programa de comunicación verdaderamente democrática que tuvo la televisión argentina, luego de los largos años de dictadura. El ciclo, lamentablemente duró poco. Muchas de los temas tratados en “La Cigarra” abrieron los ojos de la gente. En ese programa, las Madres y las Abuelas de Plaza de Mayo pudieron llegar a la televisión argentina por primera vez.
María Elena decía lo que sentía y no deseaba quedar bien con nadie. Cada verso de sus poemas y cada línea de su prosa remiten artísticamente a su compromiso con la justicia, con el humanismo, con la libertad, con la educación. Cuando aún no eran tantas las manos que alzaban las banderas de la igualdad de géneros, cuando no eran tantas las voces, ella hablaba en voz alta como denuncia y como militancia acerca de la situación de las mujeres en nuestra sociedad: “Quien no fue mujer /ni trabajador/ piensa que el de ayer/ fue un tiempo mejor”
Pero, sin duda, la más célebre interlocutora de su voz poética fue “Eva”: “Calle/ Florida, túnel de flores podridas/ Y el pobrerío se quedó sin madre/ llorando entre faroles con crespones/ Llorando en cueros, para siempre, solos”. Testigo de las consecuencias de la Revolución Libertadora, la artista se había reconciliado con el peronismo, y no dudó en homenajear en un poema contundente a aquella mujer que en otros tiempos criticara. Decía MEW: “Me di cuenta de lo que había representado para el pueblo, que es mucho. Años después viajé por el interior y la única escuela que había y el único puente eran restos de esa época del peronismo.” En un país en el que “todo el mundo hablaba en voz baja”, ella se asomó alto y claro a sus propias contradicciones. En eso también consiste la idea más profunda de libertad que Walsh siempre defendió: en permitirse a uno mismo la libertad de revisar las propias opiniones.
MEW, inventora de letras nuevas en las filas de la desobediencia, maestra que pensaba en modelos poéticos para vivir. Su obra es un texto que se mantiene vigente a través de generaciones en la cultura argentina. Sus poemas y canciones pertenecen al inconsciente colectivo de los argentinos que celebramos su coraje cívico y su hondura poética. Indudablemente, debemos agradecerle su contribución desinteresada al restablecimiento de la democracia que este año recordamos.
BIBLIOGRAFÍA
ORIGGI, Alicia: 2021. María Elena Walsh, Una voz inolvidable. Buenos Aires. Ed. Luvina.
OBRAS CITADAS DE MARÍA ELENA WALSH
Doña Disparate y Bambuco, primera edición, 2008. Teatro. Buenos Aires, Aguilar, Altea, Taurus, Alfaguara. Ilustraciones de Lancman Ink.
Canciones para mirar, primera edición, 2008. Teatro. Buenos Aires, Aguilar, Altea, Taurus, Alfaguara. Ilustraciones de Lancman Ink.
Tutú Marambá, 1° edición, julio de 2015. Ilustraciones originales de Pedro Vilar. Alfaguara. Edición facsimilar de la edición de 1969 de editorial Sudamericana S.A.
Zoo Loco, 1ª edición, julio de 2015. Ilustraciones originales de Pedro Vilar, Alfaguara. Edición facsimilar de la edición de 1983 de editorial Sudamericana S.A.
El Reino del Revés, 4ª reimpresión, enero 2014. Buenos Aires. Aguilar, Altea, Taurus, Alfaguara S.A. Ilustraciones de Nora Hilb. Edición facsimilar de la edición de 1986 de editorial Sudamericana S.A.
Dailan Kifki, 2ª edición, mayo de 2016. Alfaguara. Edición facsimilar de la edición de 1986 de editorial Sudamericana S.A. Ilustraciones originales de Pedro Vilar
Versos tradicionales para cebollitas. 1ª edición, marzo de 2015. Buenos Aires, Alfa Walsh. Ilustraciones de Viviana Garófoli
Viajes y homenajes 2004. Buenos Aires. Punto de lectura.
Cuentopos de Gulubú, 2ª edición, junio de 2019. Buenos Aires. Alfaguara. Ilustraciones de Miranda Rivadeneira.Viajes y homenajes, 2004. Buenos Aires. Punto de lectura.
“El País de la Geometría”, en ¡Cuánto cuento! Marzo de 2015. Buenos Aires, Alfa Walsh.
Poemas y canciones 1ª ed.febrero de 2014 Buenos Aires. Alfaguara.
Excelente. Mis nietes siguen escuchándola y espero que mas crecidos sigan escuchándola y que no tengan «el lápiz roto y una descomunal borra de borrar ya incrustada en sus cerebros».
Solo como curiosidad anecdótica que no hacen a la significancia de este texto ¿puede ser que las primeras presentaciones para niños fueran realizadas en el teatro Auditorium de Mar del Plata?
Hola Rubén, desconozco si se presentó en el Teatro Auditorium. Sí sé que Los sueños del Rey Bombo se presentó en Necochea, así que no descarto esa presentación en los ’60.
Saludos
Alicia
No conozco una narrativa tan completa de su persona en el ámbito literario.
Te felicito con toda admiración ,tu trabajo es excelente.En la lectura del mismo reviví el crecimiento de mis hijos acompañados de los personajes de María Elena
Gracias Betty!
Excelente artículo Alicia. Nos trae a la memoria los años de juventud de Maria Elena Walsh, su valentía, su eterna lucha por sus convicciones, ese coraje civico al que haces referencia, que hizo que expresara siempre sus opiniones, aunque eso le valiera que su obra se prohibiese en nuestro país.
No sabia que el Dr. Raul Alfonsin,en su presidencia, la había nombrado con rango de Secretaria de Estado. Muy merecido.
Felicitaciones Alicia!
Brillante como siempre Alicia. Los chicos grandes , muuuúuy grandes , nuestros hijos y nuestros nietos repiten sin cansarse sus canciones. Gracias a tu recuerdo permanente a la Juglaresa de Buenos Aires , seguirá siempre ocupando el lugar que merece en el reconocimiento popular. Todos la extrañamos , pero cada vez que un niño repite sus canciones o lee sus libros, sabemos que aún está con nosotros y que su memoria no morirá jamás . Gracias por recordar siempre a nuestra admirada María Elena.
Gracias por recordar y contar los hitos de esta maravillosa mujer.María Elena Walsh produjo un cambio cualitativo en la poesía y la música para niños/as,sus canciones para adultos/as,puro contenido y melodía…cómo se la extraña!!
Con neologismos graciosos, con realidades tácitas… esta tremenda mujer nos inspira, motiva e invita a ser críticos. Soy seño… habitualmente utilizo como disparadores sus poesías, canciones o frases. GrAcias!