HANS CHRISTIAN ANDERSEN 

EL “PATITO FEO” MÁS FAMOSO DE DINAMARCA

Andersen y el día del LIBRO INFANTIL Y JUVENIL

Hans Christian Andersen, nació el 2 de abril de 1805 en Odense, Dinamarca  y falleció el 4 de agosto de 1875, en Copenhague. Este año se cumplen 150 años de su fallecimiento. Todos los años, el 2 de abril, el IBBY (International Board on Books for Young People) fundado en 1953 con sede en Basilea celebra el Día Internacional del Libro Infantil y Juvenil para conmemorar su nacimiento.

Andersen tiene el mérito de ser el primer escritor de libros para niños y el primero que valoró la literatura infantil como género literario. Escribió aproximadamente 168 cuentos, a partir de 1835, hasta el final de su vida. 

UN GRAN VIAJERO

Pero en su tiempo fue un destacado dramaturgo, poeta, novelista y cronista de viajes, que lo llevaron desde Londres y París, pasando por su amada Italia, hasta Atenas y Estambul. El viaje de Odense a Copenhague buscando suerte en el Teatro Real como actor a sus 14 años, fue el primero de los muchos que realizó a lo largo de su vida desde Dinamarca al resto de Europa; y, gracias a los cuales Alemania se convirtió en su segundo hogar. Estos viajes contribuyeron al gran reconocimiento que logró en el ámbito internacional. El viaje en sus cuentos, es sinónimo de vida, de cambio. En total realizó veintinueve viajes al extranjero y pasó cerca de nueve años de su vida fuera de su país. 

placa de Andersen
Ver mi Ponencia sobre Hans C. Andersen, que fue Conferencia Magistral de las III Jornadas de Literatura infantil y juvenil del Instituto Literario de Cultura Hispanica, realizadas el 26 de Marzo de 2025

EN 1835 APARECEN SUS CUENTOS

En 1835 en Dinamarca aparecen sus dos primeros cuadernillos de  Cuentos, contados para niños. Bebe en las fuentes orales tradicionales de su país pero les da un sello individual y una visión poética mezclada con una profunda melancolía. Sus  cuentos tienen un gran éxito y continúa publicando un libro por año. 

En algunos casos retoma cuentos populares ya muy  conocidos como La princesa del guisante o El compañero de viaje; La niña que pisó el pan es la reelaboración en prosa de una canción danesa conocida en su época. Fue además un  buen narrador como los que recorrían aún en su época los caminos de Dinamarca relatando  historias.

Era capaz de dar  vida a la más seca de las frases; no decía “los niños subieron al coche y partieron”; decía  “y entonces se suben al coche-adiós papá, adiós mamá- el látigo que chasquea, chas chas,  y ellos que se van, lejos, lejos, lejos…”

A partir de 1843 comienza a publicar cuentos inventados por él y que tienen como  protagonistas a objetos familiares que aparecen personificados como un trompo, un abeto,  el soldadito de plomo, un cuello de camisa almidonado, las tenazas del carbón, el  escarabajo pelotero, las velas de sebo, la plancha o un viejo farol, todos tratados amorosamente y también con humor. Dice Andersen: “Trato de penetrar en ellos con todo  mi corazón y atrapo una idea para grandes que cuento después para los niños recordando  que a menudo también papá y mamá están escuchando y que hay que entregarles  algo a ellos. Los temas sobran en éste más que en ningún otro género literario; a veces me  parece que cada pared, cada florcita me están diciendo: “Mírame un poco, mírame que  comprenderás mi historia” y, si les hago caso, ¡listo el cuento!” 

ADORABA RECORTAR Y ARMAR FIGURAS CON PAPEL

Así, con sus cuentos y sus recortes de papel con tijeras, Andersen frecuentó la más alta  burguesía y la nobleza danesa, él, que había nacido y crecido en el hogar de un pobre  zapatero. 

Escribe para chicos en un lenguaje coloquial y popular y por esto es muy difícil  de traducir a otro idioma; se explaya en detalles de la naturaleza, personificando a las  flores y a los animales. También se explaya sobre las costumbres de la época e ilumina  zonas de la vida cotidiana con un gran realismo y muy detalladamente. 

Sus simpatías más  profundas están por los desventurados, como en “La fosforerita”, donde narra una historia  de una niña que vende fósforos en una fría noche de Navidad y que finalmente muere en la  calle. La imagen con que describe la situación de la niña tiene una potencia tal, que es en sí  misma un alegato en contra del trabajo infantil. 

los cuentos de Andersen

Sus cuentos pertenecen al romanticismo y su filosofía está ligada al misticismo alemán que  busca sus raíces en el folklore y cuyos representantes son Tieck, Chamisso y Arnim. Para el autor danés la virtud suprema en la vida es la resignación y para los desdichados de este  mundo está el consuelo del más allá, donde el alma, que es eterna, encontrará por fin la  felicidad. Por eso la vendedora de fósforos muere con alegría porque al ver a su abuelita  antes de partir de este mundo, comprende que sus sufrimientos se han acabado. 

La Sirenita, cuya estatua de piedra junto al mar es símbolo de Copenhague, entrega su preciosa voz a  cambio de dos piernas para conquistar al príncipe, sufre su desprecio y llega a dar la vida  por el ser amado, porque espera recibir algún día un alma inmortal. 

Todos los cuentos de Andersen están suspendidos entre dos polos, el corazón y el ingenio, la delicadeza y la ironía, la naturaleza y la cultura. Describe muy bien los sentimientos. En  La Reina de las Nieves, Gerda es una verdadera heroína, que vence la prisión de hielo y logra rescatar a su amigo a través de las gélidas tierras de Laponia, después de vivir innumerables peripecias; sus lágrimas logran derretir el frío de la indiferencia en el corazón de su amigo Kay, capturado en el Palacio de  La Reina de las Nieves.

En El ruiseñor hace una defensa de la naturaleza y la vida frente a la tecnología y defiende  la cualidad del pájaro que logra curar al emperador. 

El traje nuevo del emperador es una metáfora de la mediocridad humana, plantea el sometimiento a la opinión de los poderosos para obtener beneficios y ser respetado en una  comunidad, aunque sea sobre la base de la mentira. La mirada inocente de un niño rompe  con la hipocresía de la corte y desata el final risueño. Pero sobre todos sus cuentos destaco

El patito feo, que  describe la tristeza de un ser que no halla lugar en el mundo, hasta que  después de muchas peripecias y sufrimiento, se reencuentra con su verdadera identidad de  cisne; es una metáfora de la vida de su autor, que buscó valientemente su identidad de artista y  la logró plasmar para deleite de grandes y chicos.

LEYÓ SUS CUENTOS EN SU AMADA DINAMARCA

Hans Christian Andersen dio mucha importancia al hecho de ser el primer escritor danés en romper el hielo y aceptar una invitación para leer sus cuentos en público a los miembros de la Asociación de Trabajadores creada en 1860. Durante los últimos veinte, veinticinco años de su vida, se turnó para leer en la Asociación de Estudiantes, en la Asociación de Trabajadores, para la familia real, las costureras, la nobleza y la alta burguesía. En la Asociación de Trabajadores se encontró con un público entusiasta –entre quinientas y mil personas por sesión- y leyó para ellos cerca de veinte veces. Por esta razón fue aclamado en numerosas ocasiones por esta asociación, cuyos miembros, junto con los de la Asociación de Estudiantes, formaron una guardia de honor el día de su funeral en la Catedral de Copenhague.

* Foto de Portada: Patricia Monge

8 comentarios en «HANS CHRISTIAN ANDERSEN »

  1. NO DEJO DE SORPRENDERME CON TUS ALEGATOS ENTRE PENAS Y ALEGRÍAS EN CADA DESCRIPCIÓN DE LOS CUENTOS , TENES PROFESIÓN Y DUCTILIFAD EN CADA UNO
    GRACIAS!!!
    GRACIAS POR DESASNARME CON TU APORTE A LA POESÍA DE ESTE Y OTROS AUTORES
    Felicitaciones

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