¿Por qué «la Juglaresa»? María Elena Walsh publicó en la editorial Sudamericana en octubre de 1970 la primera edición de las canciones que componían el recital denominado “Juguemos en el mundo”, con el mismo título. En el prólogo, que transcribimos a continuación, se compara en su oficio con los juglares de otros tiempos que acercaban al pueblo las novedades del reino.
PRÓLOGO DE JUGUEMOS EN EL MUNDO:
“Estos ejercicios de versificación nacieron como letras de canciones y, sin el complemento musical, pueden resultar, más que desnudos, desharrapados. Como dice la tradición:
“La copla sin el concierto
no es más que conversación”
Quizás la disculpa sea obvia, porque muchos viejos versos nos han llegado en el mismo estado, desprovistos de la música y la voz de sus cantores. Obras grandes y pequeñas del mester de juglaría atravesaron tiempos en que no se declamaba tanto sobre “la necesidad de comunicación” y se valoraba, tal vez, el silencioso recogimiento de la lectura. Acabada la voz de los juglares, su palabra siguió acompasando a muchos solitarios.
Después de haber cantado mucho estas canciones, ellas vuelven a buscar un poco de silencio y a pretender un poco de memoria que, por efímera que resulte, siempre parecerá más larga que la atención que le prestaron sus generosos oyentes.
Para ellos, para la hermosa gente de mi país fueron escritas y cantadas. A ellos dedico este desparejo cancionero.”
M. E. W.
Quiero compartir con ustedes este poema de la Juglaresa, que podemos encontrar en el cancionero “Juguemos en el mundo”
FÁBULA DE COCOFANTES Y ELEDRILOS
Los Cocofantes eran habitantes
de la ciudad de Curuzú Cuatiá.
allí vivían todos muy tranquilos
acompañados por los Eledrilos
y el papá y la mamá.
Los Eledrilos eran muy astutos.
Los Cocofantes no, ni fu ni fa.
A veces iban todos de paseo
al cine o a la plaza o al correo
pero no más allá.
Había un Cocofante (nadie supo
ni cómo se llamaba ni la edad…)
La cuestión es que en tal monotonía
El pobre Cocofante se aburría
una barbaridad.
Por lo tanto, una noche de tormenta
guardó su cédula de identidad
y se escapó en silencio y de costado
hasta bajar-naturalmente a nado-
el río Paraná.
Parece que tenía muchas ganas
de ser un diputado nacional
porque compró un tratado de bostezo
y lo estudió en subte hasta Congreso
con gran curiosidad.
Pero cuando llegó vio con asombro
que pasaba un desfile militar.
¡Eran los Eledrilos! Muy temprano
salieron y ganándole de mano
habían triunfado ya.
Los Eledrilos lo llevaron preso
y el Cocofante se dejó llevar.
En el Zoológico, detrás de un pozo,
estaba el horroroso calabozo
más chico que un dedal.
Pero entonces los otros Cocofantes
Furiosos lo vinieron a salvar.
Lucharon en Palermo una semana
Tirándose zapallos y bananas,
Repollos y ananás.
Como la guerra les salía cara
encendieron la pipa de la paz.
Los Eledrilos, de muy mal talante
fueron a liberar al Cocofante,
que ya no estaba más.
Se había levantado tempranito
y aprovechando tal berenjenal
se metió, con un lápiz y un cuaderno,
adentro de la casa de gobierno
con mucha autoridad.
Los Eledrilos, al leer el diario,
Supieron la espantosa novedad.
Y todos, con rencor y con inquina,
A la confitería de la esquina
Fueron a conspirar.
Entonces, muchos Puntos Suspensivos
llegaron, disfrazados de final…………….
Porque sucede que este cuento de antes,
con Eledrilos y con Cocofantes
no se termina más.
En “FÁBULA DE COCOFANTES Y ELEDRILOS” hay una clara alusión a los gobiernos militares que se sucedieron a partir del año ’30, cuando María Elena vio la luz el primero de febrero, en Ramos Mejía, Provincia de Buenos Aires.
Queridos lectores, no se nos escapa la conexión entre esta canción y nuestra actualidad, los argentinos seguimos debatiendo entre nosotros, aunque ya no con gobiernos militares.
Siguen las disputas entre Eledrilos y Cocofantes, con otros nombres y se prolonga el juego peligroso de nunca acabar…
Una belleza Alicia !!!
Aun después de tantos años emocionan tanto ingenio y crestividad !!!
Asi es, continuamos con esas disputas. Si hasta pienso muchas veces si no estaremos en El Reino del revés…
Una grande sin dudas, varias generaciones en su obra para las niñeces. Hoy la cantan los nuevos grupos, hoy valoramos mas que nunca sus letras para los adultos, sus programas de tv, se puede hacer de la buena y hay que volver a verlos tanto a Doña Disparate, como La Cigarra. Y hoy mas que nunca porque este gobierno retrógrado ha sacado del portal EDUC.AR un cuento de ella y el tema Hay secretos de Canticuénticos. Lamento no escuchar sobre esto quejas mas firmes. Y que quede claro, se supone que este es un gobierno democrático. Elsa Bornemann y MEW fueron unas de las prohibidas en gobiernos de facto, pero esto de hoy es insostenible por los sectores que se suponen admiradores de la intelectualidad de ME