Recursos retóricos en la obra de MARÍA ELENA WALSH

Hoy quiero acercarles una guía básica pero completa de recursos retóricos en la obra de María Elena Walsh. Herramientas para identificar los elementos que dan forma al disparate en la literatura de María Elena, para poder comprenderlos e incorporarlos en nuestras actividades, o estudios sobre la juglaresa.

POESÍA Y DISPARATE:

1. INVERSIÓN DE SITUACIONES, un recurso proveniente de las Nursery Rhymes.

En el primer libro para niños de María Elena Walsh, Tutú Marambá (1960), está presente el disparate o nonsense en la trama de los poemas, y aparece encarnado en “Doña Disparate”.  Este personaje continuará mucho tiempo de la mano de Walsh, haciendo pareja con Bambuco, en la televisión, en sus comedias musicales y en el film Juguemos en el mundo (1971). Doña Disparate es la protagonista perfecta del mundo al revés y en ella el recurso retórico toma forma de inversión: al boticario le pide tornillos y al verdulero que haga un vestido. Este personaje es la reformulación de “Old Mother Hubbard”, uno de los más conocidos entre las nursery rhymes, según el Diccionario de Oxford. Estos versos fueron publicados en un libro-juguete: The Comic Adventures of Old Mother Hubbard and Her Dog, publicado en Londres el primero de junio de 1805, por J. Harris, sucesor de E. Newbery, el primer editor de libros para niños en Inglaterra. La publicación tuvo un éxito instantáneo, se hicieron más de diez mil copias, que fueron distribuidas en unos pocos meses.  Hay evidencia de que el público la recibió como una  sátira política y por eso se le atribuye su fama inmediata. Esta es la versión (abreviada) de Walsh de Doña Disparate:

Doña Disparate, nariz de batata, se olvida, se olvida de cómo se llama.

Se olvida el rodete detrás de la puerta, duerme que te duerme cuando está despierta.

Se quita el zapato, se pone el tranvía, bebe la botella cuando está vacía.

No sabe, no sabe, y aprieta un botón para que haya luna o se apague el sol. 

(Tutú Marambá: “Doña Disparate”)

El disparate representado por este personaje se convierte en símbolo de toda la obra poética de María Elena Walsh donde uno de los recursos retóricos humorísticos más usados es la inversión: Doña Disparate se olvida el rodete detrás de la puerta, duerme cuando está despierta, bebe cuando la botella está vacía, oye con el diente, habla con la oreja y barre la vereda con un cucharón. Es la protagonista perfecta del mundo al revés; al boticario le pide tornillos y al verdulero que haga un vestido.  

2. ENUMERACIONES

La enumeración o lista forma una parte esencial del disparate. No interesa qué objetos o personas conformen la lista, el hecho de estar agrupados en una enumeración les otorga coherencia lógica, aunque si analizamos los componentes, no podrían nunca estar unidos. En el comienzo de Tutú Marambá vemos un ejemplo en la primera estrofa del primer poema con que comienza el libro. Recordemos que en nuestro idioma siempre se coordinan elementos de igual valor sintáctico y en este caso son tres sustantivos los que se unen. Al presentar yuxtapuestos en la misma enumeración a los sapos, las arañas y las señoritas, el texto está vinculando animales con humanos haciendo estallar la visión cotidiana de los hechos. Dentro de la apariencia lógica de la enumeración se presentan con naturalidad relaciones entre sapos y señoritas que no son comunes, sino todo lo contrario, pertenecen al mundo del disparate o «reino del Revés»; se ha subvertido el orden para conseguir un efecto humorístico. Asimismo en el árbol han florecido guitarritas, lo cual se transforma en un hecho aceptable dentro de la lógica del disparate.
En Portugal he visto un árbol florecido de guitarritas. Íbamos todos a cantar: arañas, sapos, señoritas. (Tutú Marambá)
En la novela Dailan Kifki, la protagonista consigna los elementos necesarios para fabricar un par de alas para que su elefante pueda volar: Fui al supermercado. Sí, compré 780 docenas de ovillos de piolín grueso, agujas de colchonero, papel barrilete, engrudo, 678 kilómetros de tul de todos colores, plumas de sombrero, varillas, papel celofán, cintas de seda y un kilo y medio de no sé qué más que no me acuerdo. (Dailan Kifki)  

3.  EMPLEO PECULIAR DE LOS NÚMEROS

Los números forman parte del material del nonsense como palabras, perdiendo el valor numérico asignado tradicionalmente por la matemática. Los números tal como los conocemos, no tienen nada que ver con el papel que desempeñan en el texto de nonsense, donde: «mil y mil son seis». Los resultados de las operaciones aritméticas no son nunca los correctos o normales.
Diez y diez son cuatro, mil y mil son seis. Mírenme señores comiendo pastel  (Tutú Marambá)   Primero había que contar 17 árboles, pasar un arroyito y medio, dar la media vuelta, contar hasta cuatro, dar 15 pasos de vals para la derecha y luego 14 de tango para la izquierda y… allí estaba la casa. (Dailan Kifki)

4.  JUEGOS DE PALABRAS

Los juegos de palabras contribuyen a dar ritmo al poema y entremezclan el plano semántico y sintáctico. Walsh combina las rimas internas, el paralelismo y la apofonía.
Los bichofeos con solfeo y las sardinas con sordina los caracoles con bemoles (Tutú Marambá)   Cocodrilo come coco, muy tranquilo, poco a poco. Y ya separó un coquito Para su cocodrilito. (El Reino del Revés)

 5.  JITANJÁFORA

María Elena afirma: «Muchas veces me han formulado preguntas acerca del «disparate» como si el disparate fuera una novedad. El juego silábico sin sentido que en español llamamos jitanjáfora, es viejo de toda vejez.»[1] Alfonso Reyes define la jitanjáfora como: «un poema que no se dirige a la razón sino más bien a la sensación y a la fantasía. Las palabras no buscan un fin útil. Juegan solas, casi. Es un lenguaje que se reduce a pura sonoridad, ritmo, música.»[2] La jitanjáfora pura es de carácter popular y muchas veces infantil. Posee una nota colectiva, social y  se sumerge en el anonimato del folklore.  

6. ONOMATOPEYAS

La onomatopeya consiste en la imitación de voces o movimientos reales por medio de los sonidos o el ritmo de las palabras. La aliteración, se encuentra en las onomatopeyas, con propósito imitativo. También son jitanjáforas, acercan el texto al lenguaje de los primeros años del niño y a sus juegos:
Si un tranvía toma naranjín se emborracha, tin tilín tilín.  (El Reino del Revés)   Tríquiti tras, tríquiti tras, la trompa delante y el rabo detrás. (Tutú Marambá)

7.  ALITERACIONES

La aliteración es el recurso retórico del refuerzo físico del ritmo: consiste en la  reiteración periódica de un mismo fonema o grupo de fonemas dentro del verso.
Pero entonces llegó el Doctor manejando un cuatrimotorrrr. (El Reino del Revés) – O colaborás con nosotros o marchás preso, virueso de pico pico tueso. (Dailan Kifki)   ¡Estoy harrrto de ángulos y rectas y puntos! (El País de la Geometría)
La vaca del cuento «La luna y la vaca» hablaba sólo con la «u»: Tunúus rucu gustu u sul, u cumu u mú mu gustu muchu lu sul… (Cuentopos de Gulubú)  

8.  PERSONIFICACIONES

La personificación es un recurso retórico poético muy usado en la obra de María Elena Walsh, esencial para darle el aspecto polifónico que caracteriza su trabajo. Se adapta a las características psíquicas del niño pequeño, que animiza el mundo que lo rodea, dotando de vida a cualquier objeto, del reino animal, vegetal o mineral.
Los espadachines con un alfiler pinchan a la estrella del amanecer. (Tutú Marambá)
Otro ejemplo: «La vaca estudiosa». Este poema ha sido escrito en versos pareados eneasílabos donde cada estrofa representa una unidad conceptual y la rima es consonante. Todo el poema, que es una personificación de una vaca que iba a la escuela en Humahuaca, se ha convertido en un clásico de la canción infantil argentina. Campean el humor y el absurdo produciéndose una ruptura de límites y una inversión de jerarquías que crean una sensación de frescura y libertad.
La leche tiene frío y la abrigaré: le pondré un sobretodo mío largo hasta los pies. (El Reino del Revés)

9.  HIPÉRBOLE

La hipérbole es una ponderación exagerada, un aumento cuantitativo de los caracteres de un objeto para intensificar el efecto, a menudo se acompaña de comparaciones: Cuando Dailan Kifki se dio cuenta de que le estaba quitando las alas se puso a llorar como veinte elefantes que hubieran pelado veinte toneladas de cebollas. (Dailan Kifki)
Con esta moneda Me voy a comprar Un ramo de cielo Y un metro de mar, Un pico de estrella, Un sol de verdad, un kilo de viento, Y nada más. (Tutú Marambá)
En la comedia Doña Disparate y Bambuco, una actriz extiende un río en el medio del escenario y se produce el siguiente diálogo:
Actriz:  Yo soy la reina del agua, agua de mar o palangana. Pongo ríos, peces, ranas, donde se me da la gana. DisparateAh, pero eso no es correcto. Los ríos deben estar en su lugar; dibujados en los mapas, pero jamás, jamás en una sala. Si usted hubiera venido a colocar un charquito, una ola, en fin pasaría, pero un río, como usted comprenderá… (Doña Disparate y Bambuco)

10.  TAUTOLOGÍAS

Esta figura resulta clave para pensar los recursos retóricos en la obra de María Elena Walsh: consiste en la repetición de un mismo pensamiento expresado de diferentes maneras. Así aparece en «Canción de Títeres»:
Este gran secreto sólo yo lo sé: cuando llueve, llueve, Cuando hay luz se ve. (Tutú Marambá)

11.  VERDADES DE PEROGRULLO, un recurso retórico con historia [3]

Comenzaron a circular en forma oral y escrita como parodia de los Pronósticos y Horóscopos comunes en la Edad Media. Todo el poema «Cosas», es una sucesión de hechos tan previsibles que resulta disparatado enunciarlos, son típicas verdades de Perogrullo, que afirman un hecho por demás evidente.
El mono colgado del árbol, Cuando se caiga se caerá. El pájaro loco en el nido, Cuando se vuele ya no estará. (Tutú Marambá)

12. NEOLOGISMOS, un recurso retórico sin fronteras

El portmanteau es una clase de neologismo que han cultivado entre otros: Aristófanes, Rabelais, Swift, Edward Lear, Alfred Jarry, los dadaístas, los surrealistas,  James Joyce, y en nuestro idioma Guillermo Cabrera Infante y Julio Cortázar. En el discurso de MEW aparecen palabras creadas por unión de palabras conocidas, como nuevos sustantivos:
Yo les aconsejo que nunca tengan un bicho tan grande, que se contenten con un gatomiau, un perrolín, un canariopo.(Dailan Kifki) En Cuentopos de Gulubú [4] se cuenta la historia del «Gatopato» (Cuentopos de Gulubú) Murrungato va a pasear en el «Cochezapato»(Cuentopos de Gulubú) «¿De morondanga? – chilló el enanito- ¿de morondanga ha dicho? ¡Si fuera de morondanga, señor, quedaría en Morón!» ((Dailan Kifki) «-Muchogustomuchogustomuchogusto(Dailan Kifki) Disparate: ¡Mire! Allá va la señora de Morón Danga(Doña Disparate y Bambuco) «La Plapla» (Cuentopos de Gulubú)
La Plapla es una nueva letra del abecedario que juega a la rayuela con los renglones en la página del cuaderno de Felipito Tacatún.  Esa letra transgresora que patina por la página del cuaderno provoca la ruptura del orden establecido, causa revuelo entre los chicos e inquieta a la maestra, que la esconde en una cajita para “que nadie se entere”. Es una letra peligrosa por su rebeldía que rompe con el estereotipo escolar de los chicos quietos en sus bancos y el adulto poderoso que todo lo sabe y lo controla.  La Plapla es metáfora del juego infantil ausente en las aulas y a quien María Elena hace entrar de contrabando y a contramano de la época en que aparecen sus Cuentopos.   

Se crean nuevos adjetivos:

«nadie ha visto nunca algo tan maravilloso y floripóndico» (El País de la Geometría) Dice enojado Bambuco: «¡Témpera matitta, ramacharaca(Doña Disparate y Bambuco) «Dailan Kifki aterrizó suavemente, dulcemente, mermeladamente…» (Dailan Kifki)
A partir de un sustantivo se crean adverbios como “mermeladamente”. O se crean adjetivos originales: «personas tan jacarandosas”. Se imita el funcionamiento del idioma para generar palabras que no están registradas en el diccionario.

Caracterísitcas del Disparate de María Elena

Desde una perspectiva corriente, disparatar significa apartarse de los parámetros cotidianos, de lo aceptado como normal dentro de las pautas de una sociedad determinada en un determinado momento de la historia. El disparate sorprende porque rompe con las pautas de lo probable o de lo esperado dentro de una situación dada. En cualquier discurso sea o no literario hay elementos connotativos junto a los denotativos. Los textos denotativos tratan de comunicar algo en un lenguaje neutral, mientras que los connotativos tienen más de una lectura, intencional, simbólica o ideológica. Las obras poéticas se manejan en el campo de la connotación, con ayuda de los procedimientos y recursos retóricos, por eso permiten más de una lectura o interpretación al receptor. A través de los diferentes recursos retóricos mencionados que conforma el sinsentido, se perfila un estilo que se desentiende de los moldes cotidianos, probables, seguros, y que traslada al lector al mundo del disparate, con una lógica diferente, donde todo puede suceder.  

María Elena y sus Losos Bajitos

María Elena quiso pertrechar a “esos locos bajitos” de un lenguaje rico que desarrollara la imaginación, y lo hizo con gran valentía, en contextos de gobiernos de facto, desde un género considerado “menor”, para provocar mediante los juegos humorísticos del lenguaje poético, la apertura de las mentes de los habitantes de lo que denominara sabiamente “el País Jardín-de-Infantes”, metáfora de la República Argentina, donde nadie podía publicar sus ideas sin censura previa y donde todos los que osaban pensar diferente, figuraban en listas negras.     [1]WALSH, María Elena: Desventuras en el País-Jardín-de-Infantes, op.cit. p.121-122. [2]REYES, Alfonso: Las jitanjáforas (en su obra: La experiencia literaria, Buenos.Aires., 1952, pp. 152 y ss.). [3] Perogrullo: Contracción de Pero o Pedro y Grullo. Personaje o ente fantástico que se supone haber existido en la España del Siglo XV al XVI. La tradición popular le atribuye varias máximas, axiomas y verdades tan evidentes por sí mismas, que pasan a la categoría de perogrulladas, o sea cosas tan sabidas y probadas, cuya sola enunciación constituye una sandez. [4] Cuentopos de Gulubú, 1ª ed. 19ª reimp. – Buenos Aires, Alfaguara, 2012. ILUSTRACIÓN DE SANDRA LAVANDEIRA PARA LA EDICIÓN DE ALFAWALSH 2002   Para conocer más sobre el disparate de los recursos retóricos en la obra de María Elena, los invito a escuchar la entrevista que me hicieron en Mundo Invisible.

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