María elena Walsh, una voz inolvidable – Edición aniversario

¡¡Nuevo!!

María elena Walsh, una voz inolvidable

Edición aniversario

Luvina editorial

¡AHORA a la venta en la librería de la CASA DE VICTORIA OCAMPO en San Isidro!

VICTORIA Y MARÍA ELENA fueron amigas y me siento honrada de que mi libro esté en su casa.

Porque me duele si me quedo

Pero me muero si me voy…

MEW

Estos son los versos de una descendiente de ingleses nacida en Argentina que supo interpretar los sentimientos de varias generaciones. Original hasta el tuétano, escribió una “Serenata para la tierra de uno”, donde muchos nos sentimos reflejados.

El 10 de enero de 2021 se cumplieron diez años de la desaparición física en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires de María Elena Walsh. Es una voz que nos ha acompañado,  como la de una hermana que dice siempre la verdad, aunque duela.  Se la siente presente en todo lo que ha escrito y especialmente en las canciones para niños o para adultos, que siguen vigentes, como si acabara de componerlas. ¡Quién no se enterneció con Manuelita! Algunos no conocen todo su repertorio, pero seguro han escuchado Como la cigarra o la Oración a la justicia, que se hicieron populares -hoy diríamos se viralizaron- entonadas por Jairo, durante la recuperación democrática.

En 1967, para una práctica durante mi formación docente llevé “El enanito y las 7 Blancanieves”, de Cuentopos de Gulubú. El libro me había enamorado, porque usaba el lenguaje del juego y sutilmente, juguetonamente, proponía cambios en la manera de percibir el mundo. Jugaba con el rol femenino, jugaba con las palabras, jugaba con las letras, como la “Plapla” que se escapó del cuaderno de “Felipito Tacatún”; creaba neologismos como el “Gatopato” o el “Cochezapato”. Esta irrupción de una fantasía desatada suscitó muchas críticas de algunos pedagogos que señalaban, por ejemplo, que el uso de palabras como “malaquita” dificultaba la comprensión de los niños. ¡Cómo se equivocaron! Los transgresores cuentos de María Elena entraron a la escuela de la mano de maestros osados o niños entusiasmados por el humor y la frescura de su palabra.  Revolucionaria fue en los ’60 toda su propuesta pedagógica, que se dirige al niño que juega.

Sus comedias musicales Canciones para mirar (1962) y Doña Disparate y Bambuco (1963) estrenadas en un moderno teatro San Martín, en la calle Corrientes, marcaron un hito en las producciones para chicos y se han venido representando hasta la actualidad. También escribió teleteatros para la TV, que recibieron premios Martín Fierro, aunque lamentablemente los guiones no fueron conservados.

En 1968 apareció su disco “Juguemos en el mundo” y allí conocimos otra faceta, la de juglaresa y compositora de temas rupturistas como: «¿Diablo estás?”, donde revirtiendo la canción tradicional: “¿Lobo estás?” comenzó a ejercer su crítica mordaz al mundo adulto. Ella había trabajado en el París de posguerra y vivió desde adentro el cabaret literario. Sus canciones para adultos conservan la huella de los grandes cantautores de ese momento, como Charles Trenet y su adorado George Brassens; sus actuaciones como solista conmovieron al público porteño en los ’70.

Estando muy enferma durante el Proceso Militar, movilizó a la opinión pública con su artículo “Desventuras en el País jardín de Infantes”, publicado en el diario Clarín el 16 de agosto de 1979, en el que criticaba dura y abiertamente la censura imperante en Argentina.  Aunque después de semejante osadía fue prohibida en el canal estatal y en todo el país, continuó siendo un referente moral en los años de  plomo y tuvo coraje para defender los ideales del pacifismo y la democracia con todos los gobiernos.

Como periodista, colaboró en las revistas “El Hogar”, “Realidad”, “La mujer y el cine”, “Sur”, “Humor” y en los diarios La Nación y Clarín, entre muchas otras publicaciones. Todos los artículos, así como cuentos para niños, poemas y canciones, tienen una marcada postura feminista, faceta que no es tan conocida. 

Fue un privilegio poder asistir en 1982 al espectáculo “Hoy como ayer”, el homenaje a la trayectoria de M.E.W. que dirigió María Herminia Avellaneda en el desaparecido Teatro Odeón, luego de su recuperación de un cáncer de fémur después de muchas operaciones. Nunca olvidaré el fervor del público cuando la extraordinaria Susana Rinaldi interpretaba los poemas de Hecho a mano y los temas musicales de Walsh, como nadie lo ha logrado.

Como egresada de la carrera de Letras (UBA), volví en los ’90 a la querida Facultad de Filosofía y Letras para cursar el Seminario que dirigieron Lidia Blanco y Graciela Guariglia, gracias a quienes descubrí mi pasión por la literatura infantil. En ese momento me pregunté cómo era posible que no hubiera estudios sobre la obra de Walsh y solicité entrevistarla en S.A.D.A.I.C. Me sorprendió mucho al conocer a la juglaresa, la sobriedad y hasta la timidez que emanaba de su persona. Una gran comunicadora con sus textos pero una mujer muy parca en el encuentro con el otro. Sin embargo, respondió mis preguntas muy gentilmente y me ofreció copia de sus primeras poesías y de su primer libro: Otoño imperdonable. 

Así comenzó un largo proceso que culminó con la publicación en 2004 de mi primer ensayo sobre su obra: Textura del Disparate, de Lugar Editorial, en la Colección Relecturas.  Desde la creación de la Academia de Literatura Infantil y Juvenil (A.L.I.J.), ocupo el sillón de María Elena Walsh. Un subsidio otorgado por el Fondo Nacional de las Artes a la Academia permitió realizar la primera edición de mi segundo estudio sobre la poeta, el cual fue premiado con la Faja de Honor de la Sociedad Argentina de escritores en 2018 en la categoría de ensayo y luego distinguido por la Sociedad de Escritores de la Provincia de Buenos Aires en 2019. Luvina, una editorial independiente, hizo posible  esta Edición Aniversario que permite la difusión de mi trabajo en el mundo de habla hispana.

Pretendo dar cuenta de la importancia de María Elena Walsh como iniciadora de la literatura infantil argentina contemporánea, demostrando con en el análisis de sus poesías las resonancias de las nursery rhymes inglesas que le cantaba su padre, los escritos de Lewis Carroll y Edward Lear y la influencia del surrealismo. La concepción del destinatario infantil como niño que ríe y que juega significó una revolución copernicana en el ambiente literario de la época. 

Analizo la sólida formación en folklore de Walsh, por su estudio y por su vinculación con Juan Ramón Jiménez y Leda Valladares. El folklore es uno de los factores que posibilita la gran perduración de su obra en el tiempo, ya que esta abreva en tradiciones orales de raigambre española y argentina. También son factores de perdurabilidad la novedad de difundir los poemas por nuevos canales como el disco, que hizo conocer al gran público su música con ritmos variados, transitando todos los géneros sin perder su anclaje nacional y popular, partiendo de zambas, chamamés, chacareras, milongas bagualas que mixturó con el twist, el vals, el son, el madrigal, el samba, la bosa, el foxtrot y también la música japonesa de “Canción de bañar la luna”.  Ese cruce de influencias aún no se ha valorado en toda su dimensión.

Dedico esta investigación a los amantes de la literatura.  Deseo que mis nietas Maite, Sofía y Catalina conozcan en María Elena a una trabajadora incansable que se ganó un espacio en el corazón de todos los chicos argentinos.

A.O.

5 comentarios en «María elena Walsh, una voz inolvidable – Edición aniversario»

  1. Te felicito querida Alicia por tu capacidad de mostrarnos la productiva vida literaria de MEW en tan breves líneas. Por tu trabajo y por tu estudio de su obra todos hemos aprendido a valorarla más. Gracias, un inmenso abrazo!

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  2. ¡Gracias Vivi Pespira!
    Es una vida dedicada a su estudio y aun sigo admirando su creatividad en todo lo que hizo.
    Esperamos muy pronto tus novedades . Un abrazo.

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